"Pastoral americana", de Philip Roth

Publicado originalmente por Antonio F. Rodríguez en "La antigua Biblos". Aquí tienes el enlace.


Los Levov son una familia americana, de clase acomodada de Newark (Nueva Jersey), con una próspera industria en el sector del guante. El padre, Seymour, apodado el Sueco, es alto, guapo, destacado atleta universitario, buen padre de familia y judío. La madre, Dawn, hija de un fontanero, fue Miss New Jersey en 1949, gran esposa, ama de casa y católica. Todo es ideal, pero…la hija, Merry, representa la válvula de escape de la conciencia de la familia y, se podría decir que, de toda una generación, de una forma de vida y de una sociedad, la occidental, la americana, la sociedad «bien», que tapa sus neurosis con grandes mansiones, vinos caros y colegios privados.

Philip Roth (Newark, 1933) hace un ejercicio de introspección psicológica encomiable en esta novela, va trepanando, como un escultor, hasta ir quitando capas y reduciendo a sus personajes a un armazón básico, sin apenas ropajes, hasta un juicio sumario cuyo único juez es el lector. ¿Es tan idílico el paisaje?, el éxito en los negocios, en la escuela, ante los amigos ¿lo es todo? ¿la cultura y la intelectualidad son una garantía de felicidad? ¿qué antídoto hay frente a la soledad?.

Todas esas preguntas van rondando la cabeza del lector sugestionado por Roth, quien en su tarea de demiurgo, va tejiendo una cosmogonía paralela a la real, a la oficial, a la satisfactoria, a la que sale en las revistas de decoración. Todo ello con el telón de fondo de una serie de acontecimientos enloquecidos y cruciales, en una época concreta, muy identificables, como es la de la Guerra de Vietnam y el Caso Watergate, una época que acaba incidiendo en la conducta de los personajes e influyendo decididamente en sus vidas y que posteriormente daría paso a una forma de vida nueva y a una cadena de protestas sociales.

Roth realiza la crónica de una época de los Estados Unidos, a través de una serie de personajes que se quedan sin muletas a las que asirse, que han invertido toda su ilusión y sus esfuerzos en un modelo de vida que no tiene todas las respuestas, que no promete la felicidad, pese a que parezca lo contrario. En pleno apogeo de la revolución industrial y del sistema capitalista, todos sus «modelos de ciudadanos ideales» hacen agua y naufragan, y el lector va siendo cómplice de ese análisis profundo.

En un libro donde aparecen los grandes temas universales, las grandes preguntas, los clásicos, el Sueco Levov, a modo de moderno Odiseo, tiene que aventurarse a conquistar un montón de cosas que creía conquistadas: su mujer, su hija, que desaparece del hogar familiar a los dieciséis años tras cometer un acto delictivo, sus padres, sus amigos, mientras todos se sientan en la mesa ante el gran pavo de Acción de Gracias, que constituye la «Pastoral americana

Sin entrar en listas ni en apuestas, podemos decir que este libro tiene detrás a un autor de mucho fuste, perfectamente asentado en su profesión, que controla completamente el oficio, un gran narrador y creador de personajes de gran complejidad y personalidad. Estructurada en tres partes, esta obra empieza como un libro de memorias del omnipresente Nathan Zuckerman, para pasar en su segunda y tercera parte, para mi la mejor, a dar voz a un narrador en tercera persona que nos describe un elenco de personajes que giran alrededor del Sueco y su familia, utilizando párrafos muy largos, frases muy reflexivas y descripciones pormenorizadas de paisajes, casas y situaciones. Hacia el final de la tercera parte parece desenredarse el jeroglífico, aparecen las respuestas a preguntas aparentemente sin respuesta, que nadie va a responder jamás porque la vida es un gran jeroglífico, como todos presuponen, porque las soluciones son tan variadas como caras tiene un poliedro, donde cada apuesta es una vida en sí sin retorno posible y donde los errores se pagan en años transcurridos.

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